En la mayoría de los
casos los gatos se caracterizan por ser muy escurridizos y evitar siempre
cualquier situación que les pueda suponer un exceso de miedo o estrés, pues no
debemos olvidar que el miedo es algo natural,
que en su estado salvaje les
permite evitar un gran número de peligros. Aun así, esta actitud prudente puede
acentuarse de manera exagerada, de modo que el gato tiene miedo a casi todo y
vive en un constante estrés. Esta situación, acaba resultando muy desagradable
tanto para el gato como para su dueño.
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Imagen de http://es.123rf.com/photo_15427546_asustado-gato-atigrado.html |
Las gatos, siempre
intentan afrontar una situación de peligro huyendo, es decir, intentan evitar,
en la medida de lo posible, los enfrentamientos directos con el peligro. Por
este motivo, es perfectamente normal que tengan miedo a las cosas nuevas, ya
que necesitan un período de aprendizaje para darse cuenta de que no hay
peligro. Así pues, ante cualquier situación nueva para nuestro minino debemos
tener paciencia y no presionarlo para que se acerque a lo que él considera un
peligro. De este modo, si somos pacientes y dejamos que, finalmente, el gato
con su curiosidad se acerca a lo desconocido podremos conseguir que, fruto de
una primera experiencia positiva, pierda el miedo. En cambio, si ante una nueva
situación forzamos a nuestro gato, somos impacientes, nos dirigimos de forma
exigente a él, etcétera, relacionará aquello que acaba de conocer con algo
peligroso y desagradable y, consecuentemente, incrementará su miedo.
Después de haber
explicado los principios a tener en cuenta cuando nuestro gato siente miedo, anticipo
que en la siguiente entrada hablaremos sobre casos concretos en las que el gato
se siente atemorizado y expondremos la conducta más adecuada que debemos
adoptar en estas situaciones.
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