El en post anterior
hablamos del miedo, describiendo los motivos que suelen provocarlo y la
conducta que debemos adoptar en estos casos. Para profundizar en este tema,
dado que muchas alteraciones de la conducta de nuestros gatos se deben a este
factor y es muy importante saber cómo actuar para solucionar estos problemas,
hoy describiremos situaciones habituales de miedo y, seguidamente, expondremos
la conducta que habría que adoptar.
Situación 1: Mi gato no
se adapta a su nuevo hogar
Es muy frecuente que al
adquirir un nuevo gato, sobre todo cuando provienen de la calle o de un lugar
de acogida, el gato esté atemorizado respeto a su nuevo hogar. Aun así, esta
situación también pueden producirse cuando nos mudamos con nuestro gato o si el
gato ha sido comprado en una tiendo o particular.
En todos estos casos, el
gato a causa del miedo, desconfía de todo lo que tiene a su alrededor, incluso
de su dueño. Así pues, los dueños del minino no podemos interactuar con él
porque se pasa todos los días escondido y, normalmente, únicamente sale para
comer y hacer sus necesidades. En estas circunstancias el miedo puede deberse,
en el caso de gatos callejeros o que han sido abandonados a que no han recibido
nunca atención y, por lo tanto, al comportarse como gatos salvajes huyen de los
humanos. En los casos en los que nos mudamos el miedo suele deberse a la
brusquedad del cambio, que hace que el gato al sentirse desprotegido y ante un
espacio totalmente nuevo reaccione escondiéndose.
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Imagen de http://ayudawordpress.com |
Esta situación puede
resultar agobiante y frustrante, pero será muy importante seguir los siguientes
consejos. Debemos ser muy pacientes y dejar que sea el gato que, cuando se
sienta tranquilo y le venza la curiosidad, salga de su escondite para explorar.
Nunca debemos obligarle a salir ni inmovilizarlo en lugares en los que no se
siente cómodo, ya que si esto sucede le estaremos dando motivos para desconfiar
y tener miedo. También debemos dejar que el sea el gato quien se acerque a
nosotros, pues a partir de este momento, si conseguimos acariciarlo –siempre sin
hacer movimientos bruscos-, habremos dado un gran paso hacia delante. Para conseguir
esto, lo mejor muchas veces es sentarse en el suelo cerca del lugar en el que el
gato se esconde y realizar otra actividad –leer, escribir, jugar a las cartas…
Situación 2: Mi gato
tiene miedo a los desconocidos
También es muy común que
gatos, muy afables y cariñosos con sus dueños, al sentir el timbre de la casa
salgan corriendo hacia su escondite.
Este miedo por parte del
minino suele deberse a una experiencia traumática, pues por ejemplo alguna
visita de un extraño no resultó agradable para él; o también puede deberse al típico
miedo de los gatos: miedo a lo desconocido. El gato al no conocer a los nuevos
intrusos les tiene miedo y, por lo tanto, para él son identificados como un
peligro. Esta situación no suele ser tan comprometida como la anterior,
igualmente también podemos intentar solucionar el problema.
En muchas ocasiones, si
pedimos a nuestros invitados que sean silenciosos y que no hagan ruidos estridentes
podremos conseguir que el gato se atreva a asomar la cabeza y acabe saliendo. Igualmente,
debemos recordar que debe ser el gato quien se acerque a nosotros y no nosotros
a él, es decir, nunca debemos forzar al gato para que se acerque. Si
conseguimos que salga de su escondite para acercarse un poco a los
desconocidos, puede suponer de gran ayuda para que venza el miedo que uno de
los visitantes le de algún premio, como alguna cosa de comer. Así pues,
podremos conseguir que, al final, nuestro gato también esté deseando las
visitas de nuestros amigos.
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Imagen de http://animales.uncomo.com/articulo/como-adoptar-un-gato-2503.html |
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