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jueves, 13 de junio de 2013

El castigo


Al educar a nuestros gatos es muy importante tener en cuenta que en la mayoría de las ocasiones únicamente sirve el refuerzo positivo, es decir, felicitarlo cuando actúa correctamente (como nosotros queremos). Aun así, en algunas situaciones es necesario enseñarle a nuestro minino que hay cosas que están prohibidas, de modo que no podemos dejarle transigir las normas, y a veces será necesario el castigo.  Cuando hablamos del castigo en los gatos es imprescindible tener en cuenta que no debe usarse frecuentemente, ya que el refuerzo positivo es mucho más efectivo. Únicamente si castigamos al gato en situaciones escasas y concretas podremos conseguir algún efecto, ya que si los castigos son frecuentes el gato reaccionará con desconfianza y agresividad ante nosotros y, además, no aprenderá nada.
Primeramente, es imprescindible saber que pegar está prohibido. Bajo ninguna circunstancia debemos pegar a nuestro gato para educarlo porque este hecho tendrá únicamente consecuencias negativas. Pegar al gato crea una gran desconfianza del gato hacia su dueño, de modo que este muestra un gran desinterés por lo que el dueño intenta enseñarle y lo rechaza. Por lo tanto, pegar a nuestro gato puede ser la causa de comportamientos agresivos o de miedo del felino, así que debemos evitarlo.
Los mejores métodos de castigo son aquellos en los que conseguimos asustar al gato, de modo que él deja de realizar la acción prohibida pero no relaciona el castigo con el propio dueño.  En estos casos es imprescindible que se asuste el gato cuando aún está cometiendo el “delito” porque sino el castigo no surgirá ningún efecto. Básicamente destacan dos métodos:
-          El ruido, ya que permite asustar muy fácilmente al gato –no olvidemos que tienen un oído muy sensible. Podemos realizar el ruido de cualquier forma: una palmada, un golpe en la mesa… y es recomendable combinar el ruido con un intenso y sonoro ¡No!. Aun así, nunca debemos pronunciar el nombre del gato en estos casos, pues nuestro tigre doméstico únicamente debe asociar su nombre con cosas positivas. También suele ser muy efectivo como señal de advertencia, si vemos que el gato está a punto de hacer algo incorrecto o ya lo está haciendo, emitir un “shhhhhht”, porque este sonido es fácilmente reconocible para los gatos al recordarles el bufido.
-          El agua, que debemos lanzarla desde la distancia con un pulverizador o una pistola de agua. Este castigo tiene los mismos efectos que el ruido y suele ser muy eficaz.

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