Bloggroll

Dios hizo el gato para ofrecer al hombre el placer de acariciar un tigre.(Víctor Hugo)

martes, 25 de junio de 2013

¿Cómo ven los gatos?

Podríamos definir los ojos del gato como la perfecta visión para el atardecer o el amanecer, ya que estos órganos están totalmente adaptados a la falta de luz. Además toda su estructura corresponde a la de un astuto cazador.
La visión nocturna de los gatos es espectacular, ya que los gatos suelen ser cazadores nocturnos. Por este motivo los ojos de los gatos están diseñados para poder captar la máxima luz posible. El ojo del gato es enorme comparado con el tamaño de su cráneo. Además, la córnea es curva y el cristalino, que está apartado de la parte delantera del ojo, muy grande en comparación con el resto del ojo. De este modo, gracias a que los gatos pueden dilatar mucho las pupilas, tienen la capacidad de poder ver cuando hay muy poca luz. Además, para poder incrementar su visión nocturna sus ojos están dotas de capacidad reflectante. Esta cualidad se debe al tapetum lucidum, un espejo brillante localizado detrás de la retina que mejora la visión del gato cuando la luz es escasa, porque los fotones de luz tienen más posibilidades de alcanzar un receptor si son reflejados gracias a este “espejo” después de pasar por la retina.
Para mejorar la visión de los gatos con poca luz sus ojos presentan una cantidad mayor de bastones –unas células específicas situadas en la retina- y, en consecuencia, la detección del movimiento es más sensible en el caso de los gatos que en el nuestro. También es muy significativo el campo visual del gato, que también presenta un ángulo de visión superior al nuestro.
Aun así, ¿cómo ven los gatos en durante el día? La respuesta a esta pregunta es sencilla: los gatos ven con bastante precisión, pero la presencia de una gran cantidad de luz dificulta su visión. Cuando hay una gran cantidad de luz, el gato, para poder proteger su ojo, tiene la capacidad de cerrar sus pupilas como rendijas. A causa de esto, junto con el gran cristalino que poseen, los gatos ven el mundo ligeramente desenfocado, es decir, no perciben los objetos con la misma nitidez que nosotros.
Otra cuestión muy debatida ha sido la visión en color del gato. El gato, ha sacrificado la precisión que le permitiría detectar los colores para poder captar una mayor cantidad de luz. Por este motivo, tienen 25 bastoncillos – las células que permiten captar la luz- por cada cono –las células que permiten distinguir el color, mientras que en nuestro caso tenemos cuatro bastoncillos por cono.  Igualmente, los gatos son capaces de distinguir sobre todo el verde, el azul y el amarillo, pero no están dotados para percibir el rojo.
Por lo tanto, hemos visto que el ojo del gato está en perfecta sintonía con el resto de la fisiología de este felino: preparadísimo para cazar con poca luz. Aun así, antes de terminar hay que aclarar que los gatos no ven mejor que los humanos en ausencia de luz, sino que su gran visión les permite ver con claridad con una sexta parte de la luz que necesitamos nosotros.

viernes, 21 de junio de 2013

¿Debemos dejar salir a nuestro gato al exterior?


Cuando tenemos un gato una de las cuestiones habituales que tienen los dueños es si deben dejarlo salir a la calle o si es mejor que permanezca siempre en su hogar. En los dos casos hay beneficios y contraindicaciones. Así pues, mediante este artículo únicamente queremos citar los principales factores a tener en cuenta para que después cada uno decida lo que crea que es mejor para su minino.
Por un lado el gato que siempre vive en casa tiene el gran beneficio de vivir inmerso en un clima de seguridad, es decir, no está expuesto a los coches, enfermedades del exterior, productos tóxicos, otras personas. Además viven en ambiente sin alteraciones, tienen comida a su disposición, una zona para realizar sus necesidades fisiológicas de excreción limpia… Aun así, también hay inconvenientes para este modus vivendi. El principal problema es que el gato pasa un gran número de horas sin estímulos, ya que normalmente los propietarios no pueden prestarle una atención completa durante todo el día. Esto provoca que el gato disminuya progresivamente su actividad, ya que no tiene una vida natural, y esto puede provocar problemas de obesidad. Además, vivir de una manera muy rutinaria y sin estímulos puede generar cierto estrés al gato, consecuentemente, para compensar esta ansiedad, el gato aumenta el atusado –acaba siendo excesivo- y esto puede generar muchas bolas de pelo.
Por otro lado, salir de casa es muy beneficioso porque el gato se encuentra en una situación más natural: interactúa con otros seres de su especie, realiza una cantidad de ejercicio muy superior y no tienen una rutina tan marcada. Así pues, no aparecen los problemas de obesidad, el estrés o el atusado excesivo (generador de bolas de pelo). Igualmente en este caso los dueños deberán enfrentarse a otros problemas generados por la gran cantidad de peligros que rodean el mundo urbano. Cuando dejamos salir a nuestro gato no podemos olvidar que el tráfico es mortal, por lo tanto, dejar salir a nuestro gato en el exterior en zonas muy transitadas es muy peligroso. También suponen un gran peligro los productos químicos que abundan en las calles (pesticidas o venenos) y las basuras (llenas de cristales y metales). Además, el gato está expuesto a muchas más enfermedades contagiosas y, por lo tanto, en estos casos es imprescindible la vacunación.
En conclusión, teniendo en cuenta que esta es una decisión muy personal. Nosotros consideramos que si vivimos en lugares con poco tránsito, para el gato será muy beneficioso salir al exterior –recordando que debe estar siempre vacunado y llevar un microchip. En cambio, si vivimos en centros urbanos, el peligro que corremos al dejar salir a nuestro gato en el exterior es demasiado grande. En estas situaciones, en las que nuestro gato no sale al exterior,  debemos estimular el juego y el ejercicio de nuestro minino evitar problemas de obesidad y otras enfermedades.

lunes, 17 de junio de 2013

El embarazo

En muchas ocasiones nuestras gatas no están esterilizadas y pueden quedar embarazas si suelen pasear por la calle. En otras ocasiones somos plenamente conscientes de que nuestra gata está embarazada porque hemos sido testigos del apareamiento.
En todos los casos, podemos empezar a sospechar que nuestra gata está embarazada cuando prodiga más afecto de la habitual hacia nosotros u otros gatos. A partir de este momento debemos asegurarnos del embarazo consultando al veterinario, quien realizará ecografías periódicamente para controlar el estado de la camada. Además a lo largo de este proceso nuestra gata seguramente experimentará un incremento del apetito, de modo que debemos ser consciente de ello y suministrarle más pienso –es recomendable comprar pienso específico para esta etapa tan importante.
El embarazo tiene aproximadamente una durada de nueve semanas. Cuando la hembra llega a las tres últimas semanas pasa más tiempo echada a un lado para descansar de todo el peso que debe soportar. Además dedica parte de su tiempo a buscar un lugar adecuado para cuando llegue el momento, normalmente un lugar aislado y seguro. Esto se debe a que por naturaleza las gatas en el momento final del parto tienden a alejarse de los depredadores y los machos ajenos, que podrían matar a los gatitos. Por este motivo, cuando percibimos que nuestra gata ha encontrado “su lugar”, debemos conseguir que este tranquila en este y proporcionarle comido cercana al lugar.
A partir de este momento únicamente deberemos esperar al momento del parto.

jueves, 13 de junio de 2013

El castigo


Al educar a nuestros gatos es muy importante tener en cuenta que en la mayoría de las ocasiones únicamente sirve el refuerzo positivo, es decir, felicitarlo cuando actúa correctamente (como nosotros queremos). Aun así, en algunas situaciones es necesario enseñarle a nuestro minino que hay cosas que están prohibidas, de modo que no podemos dejarle transigir las normas, y a veces será necesario el castigo.  Cuando hablamos del castigo en los gatos es imprescindible tener en cuenta que no debe usarse frecuentemente, ya que el refuerzo positivo es mucho más efectivo. Únicamente si castigamos al gato en situaciones escasas y concretas podremos conseguir algún efecto, ya que si los castigos son frecuentes el gato reaccionará con desconfianza y agresividad ante nosotros y, además, no aprenderá nada.
Primeramente, es imprescindible saber que pegar está prohibido. Bajo ninguna circunstancia debemos pegar a nuestro gato para educarlo porque este hecho tendrá únicamente consecuencias negativas. Pegar al gato crea una gran desconfianza del gato hacia su dueño, de modo que este muestra un gran desinterés por lo que el dueño intenta enseñarle y lo rechaza. Por lo tanto, pegar a nuestro gato puede ser la causa de comportamientos agresivos o de miedo del felino, así que debemos evitarlo.
Los mejores métodos de castigo son aquellos en los que conseguimos asustar al gato, de modo que él deja de realizar la acción prohibida pero no relaciona el castigo con el propio dueño.  En estos casos es imprescindible que se asuste el gato cuando aún está cometiendo el “delito” porque sino el castigo no surgirá ningún efecto. Básicamente destacan dos métodos:
-          El ruido, ya que permite asustar muy fácilmente al gato –no olvidemos que tienen un oído muy sensible. Podemos realizar el ruido de cualquier forma: una palmada, un golpe en la mesa… y es recomendable combinar el ruido con un intenso y sonoro ¡No!. Aun así, nunca debemos pronunciar el nombre del gato en estos casos, pues nuestro tigre doméstico únicamente debe asociar su nombre con cosas positivas. También suele ser muy efectivo como señal de advertencia, si vemos que el gato está a punto de hacer algo incorrecto o ya lo está haciendo, emitir un “shhhhhht”, porque este sonido es fácilmente reconocible para los gatos al recordarles el bufido.
-          El agua, que debemos lanzarla desde la distancia con un pulverizador o una pistola de agua. Este castigo tiene los mismos efectos que el ruido y suele ser muy eficaz.