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viernes, 17 de mayo de 2013

El lenguaje corporal


Los gatos, igual que las personas no se comunican únicamente mediante sonidos –de los que ya hemos hablado en este blog- sino que también transmiten una gran cantidad de información mediante la expresión corporal. Por este motivo saber interpretar los movimientos, gestos, posiciones… de nuestro gato será muy beneficioso para comprenderlo.
 
Postural corporales
En muchas ocasiones la postura que adopta nuestro gato puede ser una gran fuente de información. Por un lado si vemos que nuestro gato se sienta sobre las patas traseras, levanta las delanteras y coloca su cola alrededor de su cuerpo, podemos interpretar sin lugar a dudas que está de buen humor y dispuesta a jugar o aprender. En cambio debemos interpretar que está inquieta o de mal humor y, consecuentemente, respetar su derecho a estar solo, cuando se muestra tenso y retrae las extremidades anteriores bajo el pecho –está en una posición prepara para poder saltar o correr en cualquier momento. Además también hay que tener en cuenta que cuando un gato intenta “hacerse pequeño” pretende evitar los problemas y se prepara para huir y, por otro lado, si lo que intenta es “hacerse más grande” (pelos del lomo en posición vertical, levanta la cola, aquera el lomo) su objetivo es impresionar al contrincante e intentar convencerle de que es mejor que no se enfrenten, es decir, quiere intimidarlo.
Expresión facial
Podríamos decir que la cara es uno de los indicadores del estado anímico de un gato más fiables y precisos. Por lo tanto, saber reconocer esta información puede ser muy útil.
Cuando el gato está relajado y tranquilo, pero con cierta atención hacia su alrededor, tendrá las orejas hacia delante –en la posición habitual-, los ojos abiertos con una mirada “perdida” para percibir información de todo lo que le rodea y los bigotes ligeramente caídos. Esta situación es la más común, pero hay que tener en cuenta que es frecuente que a partir aquí suelen darse dos situaciones: el gato se encuentra cansado y el sueño le empieza a vencer o el gato encuentra alguna cosa en la que centrar su atención. Si el gato se encuentra cada vez más cansado, veremos como prácticamente cerrara los ojos y presentará un lento parpadeo y, además, se irá enrollando. Por otro lado si algo le llama la atención abrirá completamente sus ojos y los fijará en un punto determinado, sus orejas se encontraran hacia delante y inclinadas al frente ligeramente y sus bigotes se desplegarán.
Otra situación que debemos percibir es el miedo de nuestro gato. Cuando el gato tiene miedo emitirá una señal de advertencia muy claro: gira las orejas hacia atrás, dilata las pupilas y articula bufidos a la vez que enseña los dientes.
Finalmente hay que considerar la situación en la que el gato muestra ira y agresividad. Muchas veces la agresividad y la ira son consecuencia de la inseguridad. En estos casos veremos como el gato baja lentamente la cabeza, fija su mirada atentamente hacia su objetivo mientras contrae la pupila. En estos casos uno de los elementos más significativos son sus orejas, ya que el gato va girando progresivamente sus orejas hacia atrás, es decir, pliega las orejas hacia los lados de forma que el contrincante pueda verle el dorso. Así pues, cuanto más muestre a su oponente la cara posterior de sus orejas, mayor será su predisposición para pasar al ataque. Es importante saber distinguir el caso anterior con el miedo, porque cuando el gato tiene miedo lo que hace es colocar las orejas en posición horizontal, es decir, las pliega lateralmente para que únicamente se vean sus bordes horizontales.


La cola
Cuando hablamos sobre la información corporal de un gato es imprescindible citar la cola, pues esta nos aporta una gran cantidad de información.
Cuando la cola está recta y levantada significa que el gato nos está saludando. Si la cola del minino está ligeramente curvada es señal de que se encuentra relajado y seguro. Si vemos que nuestro felino tiene la cola erecta y erizada debemos interpretar sin lugar a dudas que está furioso y dispuesto a atacar. Cuando la cola se mueve de un lado a otro de forma rítmica es señal de que el gato está indeciso. En el caso en que al gato tenga la cola hacia abajo significa que se siente en una situación de inferioridad –expresa su bajo rango social- y en este caso si además coloca la cola entre las piernas y tiene los pelos erizados es señal de que está aterrorizado. Finalmente, en el caso de las hembras también hay que considerar que si ponen la cola a una lado quiere expresar su disposición al apareamiento.



Así pues, mediante esta sutil información debemos intentar interpretar lo mejor posible el lenguaje corporal de nuestros mininos para conseguir de este modo una mayor armonía.

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